La comunidad Mbya Tekoa Ypetí, del distrito de Abaí, administra sus bienes comunitarios mediante asambleas donde promueven ante todo la ayuda mutua, este compromiso les permitió crear su propio almacén de consumo, un emprendimiento posible mediante las transferencias Monetarias con Corresponsabilidad, (TMC), obtenidas a través de Tekoporã, la suma de los aportes bimensuales proporciona a las familias más recursos para almacenar un mayor volumen de alimentos que son distribuidos a los hogares de la comunidad.

En cada “ATY”, los miembros de la comunidad indígena evalúan las fortalezas y debilidades de su población, conformada por 110 familias, asentadas en un área de 1500 hectáreas de bosque, hoy divididos en parcelas de cultivos orgánicos, con variedades de hortalizas y árboles frutales, maíz, mandioca, batata, poroto, banana, cítricos y árboles frutales. Todos y todas colaboran en los cuidados de los cultivos, a los que se suman para el autoconsumo un vivero y una huerta.

En el lugar se percibe la plena armonía entre la naturaleza y la comunidad, ellos se han constituido en guardianes de los pocos bosques que aún quedan, los indígenas Mbyá de la comunidad Tekoa Ypeti del distrito de Abaí, son incansables buscadores del buen vivir tal como lo fueron sus ancestros.

Antolina González Martínez, lideresa de la comunidad resalta la labor de las mujeres de la comunidad,“nosotras las mujeres procuramos, nos reunimos y colectivamente pensamos en la mejor manera de cuidar a nuestras familias de acuerdo a nuestras costumbres, cada acción se consensua y se tienen en cuenta las opiniones de todos y todas, hombres, mujeres, jóvenes y hasta niños y niñas”, nos dice.

 Manifestó que el interés femenino radica en mejorar la calidad de vida de la comunidad, pero ante todo de sus hijos e hijas, escolarizarlos es la prioridad, por eso ellas mismas se encargan de organizarse de manera que puedan acceder a una educación formal y que puedan tener mayor capacidad cognitiva a través de la buena alimentación que también es fundamental. Cuidar de su descendencia mediante el cultivo de sus propios alimentos es un principio claro y básico que se maneja en el seno de la comunidad.

“El Programa Tekoporã nos exige las corresponsabilidades y esto nos ayudó a fortalecernos, la necesidad de mejorar la calidad y cantidad de alimentos propició que viéramos la forma de contar con mayor cantidad de insumos fuera de la comunidad, esto representaba un gasto que nos dejaba prácticamente sin recursos, por lo que en asamblea decidimos juntar el dinero para las compras bimensuales, así nació el almacén de consumo”, nos cuenta la lideresa.

La iniciativa permite que se puedan almacenar grandes volúmenes de provisiones, tanto así que en un principio debieron juntarlas en un depósito provisorio que daría pie a la construcción de un depósito definitivo que es el Almacén de Consumo comunitario que abastece a todas las familias.

Hoy todo lo recaudado queda en la comunidad, incluso cuentan hasta con un fondo para casos de emergencia.  

Los integrantes se turnan en la atención del almacén dando participación a cada uno de sus miembros que resguardan los productos y contabilizan los ingresos que se obtienen de las ventas de los productos, además de garantizar el autoconsumo prevén además que esta iniciativa pueda en el futuro generar ingresos.

Esto sería posible con el ingreso de las familias al Programa de apoyo a la promoción e inclusión socio económica, Tenonderã, incorporarse al programa es otro objetivo, para ello cumplieron el proceso de requisitos previos exigidos por la Secretaría de acción Social, (SAS), y están a la espera de los plazos para su concreción. 

“Este proyecto surgió también de la asamblea, escuchamos para qué servía Tenonderã y que nos podía ayudar a ampliar y fortalecer nuestro almacén de autoconsumo, porque sólo con Tekoporã no podíamos hacerlo, ahora ya contamos con la mesa de entrada de nuestra solicitud y la esperanza de que nos llegue Tenonderã”, relató Antolina quién considera que hoy el Gobierno Nacional presta mayor atención  a la población indígena,  y ante todo lo hace “respetando la diversidad cultural y saldando la deuda histórica del Estado con los pueblos Indígenas”.

“Ahora yo estoy feliz porque gracias a Tekoporã muchas cosas se pueden conocer y muchas otras cosas nosotros podemos hacer por nuestra comunidad y no vienen a imponernos nada, por eso estamos muy felices, Tekoporã, fue el camino para que nosotros podamos solicitar por nosotros mismos las cosas, fue la instancia en la que nosotros nos sentamos y decidimos como comunidad, no fue sólo el cacique que decidió por nosotros, no fui sólo yo, eso es lo que nosotros tenemos acá en la comunidad Ypeti, resolvemos todos juntos, nos ayudamos y fortalecemos, sabemos que solo organizados podremos lograr nuestros objetivos”, concluye  Antolina González, demostrando que todos y todas somos factores de cambio a pesar de las adversidades, siempre y cuando nos empoderemos con lo que genuinamente nos pertenece.