Primer semestre cerró con una leve mejoría en la industria aceitera nacional

Publicado en fecha 02-08-2023
Al cierre del primer semestre del 2023 los datos de la industria aceitera nacional muestran una leve mejoría con respecto al mismo periodo del año pasado en los volúmenes de agregado de valor y la utilización de capacidad instalada, no así todavía en las exportaciones de productos industrializados, que se redujeron tanto en toneladas como en divisas generadas. 

Este panorama, aunque podría parecer algo alentador por el leve incremento en el procesamiento, sigue siendo bastante preocupante, ya que las comparaciones se hacen con el que ha sido el peor año de la historia para el sector. 

Esto se debe a que, a pesar del incremento del volumen de oleaginosas cosechadas este año, las condiciones de competitividad que llevaron a que se acarree una tendencia a la baja en el procesamiento desde el año 2018 no se han modificado para bien, con lo que el 2023 está demostrando (como habíamos anticipado) simplemente que se volvería a la tendencia bajista que ya experimentaba el sector desde antes de la sequía. 

Aun así, el potencial de este sector sigue siendo muy importante y desde la CAPPRO mantenemos las mismas expectativas positivas de que se pueda trabajar en mejorar las condiciones de competitividad de nuestra industria aceitera, para ponerla en la misma posición que tienen las fábricas de otros países a la hora de buscar abastecimiento de materias primas agrícolas. 

Si deseamos llegar a esta situación de darle las mismas chances a nuestras industrias que tienen las de los demás países, será clave otorgarle herramientas como un régimen flexible de admisión temporaria que se ajuste a las particularidades que tiene la importación de oleaginosas (como existe en países que hoy por hoy importan gran parte de nuestra producción agrícola) así como otras herramientas que permitan minimizar o eliminar las barreras que se imponen en los mercados a los productos agroindustriales. 

Con políticas públicas adecuadas se podría consolidar no solo a la industria aceitera, sino dar un aliento importante a otros sectores industriales que dependen de esta industria para seguir creciendo como lo son los biocombustibles, la producción avícola, porcina, piscicultura, lácteos, convirtiendo proteína animal a vegetal, así como otras industrias alimenticias o químicas. 

Un impulso de este tipo generará más fuentes de trabajo de calidad para todos los paraguayos y contribuirá decididamente al desarrollo sustentable de nuestro país. Confiamos en que el nuevo Gobierno tenga la misma visión.

A pesar de la difícil actualidad que enfrenta la industria aceitera nacional el potencial del sector sigue siendo muy importante y con las políticas públicas adecuadas se pueden generar más fuentes de trabajo de calidad y contribuir al desarrollo sustentable del país.