En el segundo capítulo del Global Financial Stability Report, cuyo documento completo será divulgado hasta la siguiente semana, el organismo internacional destacó que los intermediarios financieros no bancarios han sido pieza clave para el sector.

No obstante, su estabilidad dependerá de su resiliencia a la vez de que se vive una coyuntura en donde los bancos centrales han tenido que incrementar sus tasas de interés para enfrentar los altos niveles de inflación, lo cual ya ha tenido su impacto en el sector financiero, como el colapso de hace algunas semanas de Silicon Valley Bank (SVB) en Estados Unidos.

Los riesgos, como la turbulencia financiera en los bancos vivida hace unas semanas, podrían aumentar a la vez de que no se relaje la política monetaria.

“Los intermediarios financieros no bancarios, incluidos los fondos de pensiones, las aseguradoras y los fondos de cobertura, también desempeñan un papel clave en el sistema financiero mundial al proporcionar servicios financieros y crédito y, por lo tanto, respaldar el crecimiento económico”, destacó el FMI.

Detalló que el crecimiento de este sector se aceleró tras la crisis financiera del 2008, por lo que ahora los intermediarios financieros no bancarios cuentan con alrededor de 50% de los activos financieros globales.

“Así, el buen funcionamiento del sector no bancario es vital para la estabilidad financiera”.

Entre los riesgos que pueden enfrentar este sector y generar estrés en éste están un apalancamiento elevado, desajustes de liquidez, así como la estrecha relación entre la banca tradicional con estos intermediarios.

Los expertos del FMI mencionaron que se debe elevar la vigilancia, la regulación y la supervisión de los intermediarios financieros no bancarios, así como cerrar las brechas de datos clave en este sector.

Asimismo, los bancos centrales podrían proveer de liquidez siguiendo ciertos estándares, como otorgar acceso a facilidades permanentes de préstamo para reducir los efectos indirectos en el sistema financiero; sin embargo, “el listón para dicho acceso debería ser muy alto para evitar el riesgo moral”, por lo que el acceso no debería otorgarse sin los regímenes regulatorios y de supervisión apropiados para los diferentes tipos de entidades financieras.

Es posible que los bancos centrales, como prestamista de última instancia, deban intervenir si un intermediario financiero no bancario sistémico se encuentra bajo presión. Los préstamos a éste deben quedar a discreción del banco central, a una tasa penal, totalmente garantizados y acompañados de una mayor supervisión. Debe establecerse un cronograma claro para restaurar la liquidez de la institución”.