La Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos continuará con el incremento de tasas de interés a un nivel “suficientemente restrictivo”, sin embargo, llegará el momento donde será apropiado moderar los aumentos, señalaron las Minutas del Comité de política monetaria (FOMC, por su sigla en inglés).

En la reunión donde decidieron una segunda alza de 0,75 puntos porcentuales, los responsables del organismo consideraron que tomará “algún tiempo” llevar la alta inflación (8,5% anual) al nivel de 2%, cifra considerada como la adecuada para la economía y también evaluaron el riesgo de más aumentos de los necesarios que afecten la actividad.

Según las actas, el ritmo de los futuros incrementos dependerá, de los datos económicos que se conozcan, así como de las evaluaciones de la Fed sobre cómo se adapta la economía a las alzas de tasas ya establecidas.

El banco central ha incrementado sus tasas cuatro veces este año, incluyendo dos de 0.75 puntos porcentuales en junio y julio, ante una inflación de 9,1% en junio.

El índice se moderó, el mes pasado, y los precios de la gasolina, claves en la canasta de gastos del estadounidense y disparados tras el inicio de la guerra en Ucrania, disminuyeron en las últimas semanas.

Los miembros del FOMC habían notado ya en su última reunión las caídas en los precios de la energía y algunas señales de que los desarreglos en las cadenas de suministro están en ajuste.

Si bien una parte de la reducción de la inflación podría venir de la mano de la mejora en las cadenas de suministro mundiales o de las caídas de los precios de los combustibles y otras materias primas, parte del trabajo también tendrá que venir de la mano de la imposición de mayores costos para los préstamos a los hogares y las empresas.

Sin embargo, las autoridades de política monetaria enfatizaron que no se puede confiar únicamente en un descenso de los precios de la gasolina para que la inflación ceda. Una caída de la demanda es clave para aliviar la presión sobre los precios, señalan las minutas.

El agresivo incremento de tasas comenzó a tener un impacto y mientras algunos responsables de la Fed esperan que la economía continúe expandiéndose en el segundo semestre del año, muchos creen que el crecimiento se debilitará.

Previo a la publicación de las minutas, el Departamento de Comercio dio a conocer que las ventas minoristas se mantuvieron sin cambios en julio frente a junio a pesar del descenso de los precios de la gasolina.

Este descenso liberó dinero para gastar en otros bienes, como muebles, aparatos electrónicos y electrodomésticos, así como materiales de construcción y equipos de jardinería.

Además, las fuertes ganancias salariales derivadas de un mercado laboral ajustado y a la abundancia de ahorros, pueden contribuir a apuntalar el gasto de los consumidores en los próximos meses.

La economía estadounidense no está actualmente en recesión”, aseguró Cliff Hodge, director de inversiones de Cornerstone Wealth en Charlotte, Carolina del Norte. “Los consumidores siguen siendo resistentes frente a una inflación persistente”.

Las ventas minoristas son sobre todo de bienes y no se ajustan a la inflación. En julio aumentaron 10,3% a tasa anual.