La Artesanía: una oportunidad para el desarrollo sostenible en Paraguay

Publicado en fecha 20-03-2023
En las próximas décadas, la artesanía paraguaya se encontrará en riesgo de desaparición si no se realizan acciones inmediatas en el corto y mediano plazo.

En el marco del Día Internacional del Artesano, levantamos la voz para exponer todas las oportunidades que nos brinda la artesanía para el desarrollo sostenible del país.  Por este motivo, el Instituto Paraguayo de Artesanía (IPA) se encuentra impulsando la primera Política Nacional de Artesanía de Paraguay (PNA 2023-2030), alineada al Plan Nacional de Desarrollo 2030 y a la Agenda 2030, la cual cuenta con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

El IPA lidera la iniciativa de la PNA, capaz de promover políticas públicas a largo y mediano plazo en beneficio de esta importante actividad para nuestro país. “Una política pública con visión de Estado es fundamental para reconocer a la artesanía y a los artesanos como importantes actores de nuestro desarrollo como país”, señala Cynthia Melgarejo, presidenta del IPA.

El 9 de febrero pasado, se realizó por primera vez el Gran Foro de Artesanía, con presencia de artesanas y artesanos de todos los puntos del país, y el 9 de marzo, un taller interinstitucional con representantes de diferentes instituciones públicas que vienen acompañando el Diseño y Formulación de la PNA. “La artesanía tiene el potencial de integrarse a otras políticas públicas e iniciativas de otros sectores para reducir la pobreza y permitir el acceso a oportunidades para mejorar la calidad de vida, en especial de nuestra población en zonas rurales”, explica la presidenta del IPA. La institución dispone del sitio web https://politica.artesania.gov.py/ en donde se comunican los avances de la PNA, con el fin de promover, desarrollar y salvaguardar la artesanía nacional, cuya continuidad se encuentra en riesgo.

El impulso de la artesanía paraguaya puede transformar la realidad de las comunidades artesanas  del país y a la vez, su revalorización puede impactar positivamente en la ciudadanía en general. 

La Artesanía Popular e Indígena  constituye una importante fuente de ingresos para más de 15.000 familias distribuidas a lo largo del territorio nacional. El impacto social de esta labor es fundamental especialmente en las mujeres, quienes constituyen el 70 % de la población dedicada a la artesanía. 

La situación de pobreza del país afecta a gran parte de la población artesana del país. Sin embargo, la artesanía es capaz de movilizar la economía de localidades del interior del país, potenciando actividades como el turismo sostenible, la oferta gastronómica, y una diversidad de servicios posibles a explorar. En la actualidad, sólo un aproximado del 15 % de artesanas y artesanos registrados tiene  RUC por lo que la formalidad es muy importante para el fomento de emprendimientos así como empleos. La formalización está orientada a crear las condiciones necesarias para que la artesanía sea una actividad económica rentable, sobre todo para el futuro de las nuevas generaciones de artesanas y artesanos.

Apenas un 3,4 % de artesanas y artesanos tienen entre 18 y 29 años. Es importante la generación de condiciones que propicien esta actividad, que ya posee un significativo impacto económico en comunidades rurales, para asegurar que la artesanía continúe y la identidad cultural de los pueblos sobreviva. Por medio de una política pública a mediano y largo plazo, los diferentes sectores —público, privado y civil— podrán potenciar los beneficios de la producción de artesanía también en los más jóvenes, lo que redundará en mayores oportunidades para la juventud en zonas rurales contribuyendo de esta manera a la prevención de diferentes problemáticas sociales.

Cabe destacar que el rubro de la artesanía está intrínsecamente vinculado con la preservación de nuestro acervo cultural y de nuestra biodiversidad. Es una actividad de triple impacto que beneficia la economía de localidades rurales, permite el mejoramiento de las condiciones de vida así como la preservación ambiental, ya que la artesanía es una actividad ambientalmente sostenible. 

“Una política pública en artesanía será un gran aporte a nuestro desarrollo como país. El fomento a la artesanía se traducirá en una mayor presencia del Estado, articulándose así con políticas públicas en las zonas donde más se lo necesita. Será una iniciativa de un profundo impacto positivo en lo social, lo económico, lo cultural y lo ambiental”, finaliza Melgarejo.