El FMI revisó al alza su estimado de inflación de 6,9 a 8,3% para el cierre de este año

Publicado en fecha 27-07-2022
Enfrentar los altos niveles de inflación a través de la política monetaria, es decir, incrementando las tasas de interés, tendrá un costo económico; sin embargo, demorar estas acciones sólo exacerbaría dicho precio, consideró el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Luego de recortar la proyección de crecimiento mundial para este y el siguiente año a 3,2 y 2,9%, respectivamente, el FMI revisó al alza su estimado de inflación, de 6,9 a 8,3% para el cierre de este año a nivel mundial. Mientras que para el siguiente el aumento pasó de 4,8 a 5,7 por ciento.

Las revisiones al alza para la inflación obedecen al incremento de precios, sobre todo, de los alimentos y energéticos, que se han visto afectados por la invasión de Rusia a Ucrania, así como por los choques de oferta y demanda que prevalecen por la pandemia de Covid-19.

“Controlar la inflación debería ser la primera prioridad para los responsables de las políticas. Una política monetaria más estricta inevitablemente tendrá costos económicos reales, pero la demora sólo los exacerbaría”, se lee en el reporte.

Esta prioridad, consignó el FMI a cargo de la directora gerente Kristalina Georgieva, es “abrumadora”, ya que es necesario recuperar la estabilidad de precios tanto en las economías avanzadas como en los países emergentes.

Pierre-Olivier Gourinchas, economista en jefe del FMI, dijo al presentar el World Economic Outlook (WEO) que los altos niveles de la inflación que han afectado a diversos países, principalmente a los hogares de menores ingresos, son un riesgo claro tanto para la estabilidad macroeconómica actual y la futura.

Desde finales del 2021, los precios al consumidor han escalado a niveles no vistos en décadas, lo cual se ha convertido en un problema para diversas naciones en medio de la aún recuperación económica tras la crisis por el Covid-19.

Difícil, determinar alza de tasas requerida
El organismo internacional indicó que si bien la política monetaria es lo necesario para enfrentar los altos niveles de inflación, es difícil determinar la cantidad exacta de política restrictiva requerida para reducir la inflación sin inducir a una recesión mundial.

El incremento de las tasas de interés a nivel mundial desencadena sobre endeudamiento, principalmente en las economías de mercados emergentes y en desarrollo, destacó el FMI.

“El aumento resultante en los costos de endeudamiento, sin políticas monetarias internas más estrictas, ejercerá presión sobre las reservas internacionales y provocará una depreciación frente al dólar, lo que inducirá pérdidas de valoración en los balances de las economías con pasivos netos denominados en dólares”, agregó.

Esta situación llega en un momento donde varios gobiernos tienen limitado espacio fiscal para implementar políticas, a la vez que mantienen un nivel de deuda elevado que se incrementó en el 2020 ante los apoyos fiscales que se dieron para que la población hiciera frente a la crisis sanitaria y económica por la pandemia.

“En este momento, la principal prioridad política es controlar la inflación, ya que la estabilidad de precios es una condición previa para un crecimiento duradero del bienestar económico y la estabilidad financiera. La combinación apropiada de políticas monetarias, fiscales y estructurales para reducir la inflación difiere entre economías según las fuentes y el alcance de las presiones sobre los precios”.

Países de menores ingresos, los más afectados
La inflación, impulsada principalmente por el aumento del precio de algunos cereales, como el trigo, como consecuencia directa de la la guerra en Ucrania, ha afectado en mayor medida a los países de menores ingresos.

“Los países de bajos ingresos, donde los alimentos representan una mayor parte del consumo, están sintiendo más profundamente el impacto de esta inflación. Los países con dietas inclinadas hacia los productos básicos con las mayores ganancias de precios (especialmente el trigo y el maíz), los que dependen más de las importaciones de alimentos y los que tienen un gran traspaso de los precios de los alimentos básicos globales a los locales son los más afligidos”, destacó el organismo con sede en Washington.

Asimismo, el impacto también va para aquellos países de ingresos bajos cuya población ya sufría de desnutrición aguda y exceso de mortalidad antes de la guerra, como lo es en África, ya que los precios de alimentos son, ahora, más inaccesibles para la población.