En el reporte consignan que el PIB global registrará un crecimiento de 3,4% este año, tasa que incorpora un recorte de un punto respecto del estimado que tenían al finalizar febrero.

Elevaron su pronóstico de inflación mundial a 5,5%, una variación que dista de 4,6% que proyectaron todavía el 28 de febrero.

Ven a China como una de las economías menos expuestas, pero creen que su objetivo de crecimiento de 5,5% que tenían para este año es ambicioso dado el contexto mundial.

Para Rusia anticipan un desplome de 10,4% en el PIB para este año y de 1,1% todavía para el 2023. El impacto de las sanciones, el cañonazo que tuvo que dar el banco central de Rusia para subir la tasa a 20% y tratar así de mesurar la salida de capitales están detrás del deterioro.

Los estrategas de Barclays proyectaron una inflación de 17,2% anual para Rusia este año y de 13,1% en el 2023.

Las expectativas previas que tenía Barclays son contrastantes. Para este año proyectaban que aquella economía conseguiría un crecimiento de 2,6 por ciento. La inflación de por sí venía presionada desde el año pasado, cuando registraron 6,7%, y para el 2022 proyectaban una variación de 8 por ciento.

El cierre de los canales de suministro, la contaminación de precios por la depreciación del rublo y el alza de precios de energéticos generan tensión.