La inflación se situó en el límite superior de la meta trazada por el Banco Central Europeo (BCE), que pretende que el índice se sitúe “cerca, pero por debajo” de 2 por ciento.

En mayo, el reajuste de los precios al consumidor tuvo un fuerte empuje en el segmento de la energía, que experimentó un alza de 13,1%, un nivel muy superior al de los otros componentes utilizados para medir la trayectoria.

De acuerdo con los técnicos de Eurostat, si se remueve el segmento de energía, la inflación general experimentó en mayo un avance de 0,9 por ciento.

De cualquier forma, analistas habían previsto un repunte de la inflación en el bloque a medida que los países introducen modificaciones en las medidas restrictivas adoptadas para enfrentar la pandemia del coronavirus.

No obstante, el BCE prevé que el repunte inflacionario será temporal y por ello no tiene previsiones de modificar, por el momento, su política monetaria, que ha dicho que se mantendrá hasta que la región se encuentre en una coyuntura económica más robusta.

Entre los países de la eurozona con las mayores variaciones anuales en los precios están Luxemburgo (4%), Lituania (3,5%) y Estonia (3,1%); mientras que sólo Grecia (-1,1%) registró caídas en los precios. Las menores presiones inflacionarias se registraron en Malta (0,2%) y Portugal (0,5 por ciento).

En el caso de España, la tasa de inflación se situó en mayo en 2,4%, frente a 2% del mes anterior, lo que mantiene en cuatro décimas el diferencial adverso en precios respecto al promedio de la zona.

Simultáneamente, Eurostat apuntó que el índice de desempleo se redujo ligeramente de 8.1%, registrado en marzo a 8% en abril, aunque mantiene un alza de 0,7% anual.

Para el segmento de la población con edad inferior a 25 años, Eurostat verificó un desempleo de 17,2%, siendo que en abril del año pasado había registrado 16,4 por ciento.

Eurostat estimó que en abril había 15,38 millones de personas sin empleo en la zona euro.