El Gobierno debe apostar al empleo y no cortar el trabajo de miles de paraguayos

Publicado en fecha 12-05-2021
En 2020, la Pandemia provocó una fuerte caída en el PIB de la mayoría de los países en nuestra región. En Paraguay, cayó solo un 0.6%, en gran medida gracias al crecimiento de la inversión en infraestructura pública. Esto, en la práctica, además de mejorar la competitividad del país, evitó que decenas de miles de compatriotas se vieran obligados a quedarse en sus casas con la angustia de no generar ingresos para sus familias. Según datos del Instituto Nacional de Estadística, el sector de la construcción emplea a casi 310 mil paraguayos.

En este contexto, vemos con preocupación la decisión del Gobierno, según declaraciones del ministro Arnoldo Wiens, de frenar la inversión en obras de infraestructura para redireccionar los fondos a Salud.

Somos muy conscientes de lo difícil de la situación actual en el contexto de la expansión del COVID-19 en nuestro país. Pusimos lo mejor de nuestros conocimientos para que, a pesar de ser un sector que continuó trabajando intensamente durante el 2020, nuestro personal haya podido evitar el contagio en los ambientes laborales.

Innumerables empresas se han visto en la dura decisión de rescindir contratos de sus empleados, de reducir la nómina, o incluso de cerrar temporal, indefinida o definitivamente cientos de emprendimientos.

Paraguay no puede darse el lujo de diezmar las fuentes de trabajo en el sector privado en este periodo tan delicado de su crecimiento como Nación. Paraguay no puede permitirse frenar el desarrollo de una infraestructura que es y será la mejor herramienta para la reconstrucción de la golpeada economía.

Debemos atender prioritariamente la salud, pero no caer en la perversa disyuntiva de la economía o la vida. Para eso es necesario buscar los sumideros por donde la ineficiencia del gasto se lleva lo mejor de las recaudaciones impositivas; achicar la plantilla del sector público, como lo hizo el sector privado, redoblar esfuerzos y la inteligencia para obtener fondos y considerar la deuda pública para infraestructura como una inversión vital para el futuro.

Por ello, llamamos al Gobierno a reevaluar las prioridades y a entablar un diálogo sincero, descarnado y objetivo con todos los sectores afectados antes de sucumbir a la falaz disyuntiva entre la economía y la vida. Pongamos todos nuestros esfuerzos en salvar vidas, pero también en construir esperanza en un futuro mejor donde cada paraguayo puede desarrollar al máximo su rico potencial.