Su vida cambió de forma radical cuando ingresó el 4 de julio de 1997 al Ministerio de Justicia. Lo primero que hizo fue olvidarse de los estigmas y los prejuicios de los centros penitenciarios. “Yo me embarcaba a una rutina diaria para sacar el mejor provecho de personas aisladas de la sociedad y tenía confianza en que podía hacerlo”, recuerda esos períodos menos complejos en coordinar todo con una población más disminuida y menos cantidad de funcionarios.

Desde su Coordinación, parte de un trabajo en red donde intervienen médicos, psicólogos, educadores, trabajadores sociales, docentes, personal de vigilancia y administrativo con una logística para modificar la vida de mujeres y hombres privados de libertad (MPL) y (PPL) que habitan en diferentes pabellones.

Ejecuta proyectos bajo su readaptación de diseño y coordina cursos de capacitación en trabajos realizados desde el Ministerio de Justicia con el Ministerio de Educación y Ciencias (MEC) y los talleres de oficios desarrollados en alianza con SINAFOCAL y SNPP como ser electricidad domiciliaria, carpintería, herrería, cocina y repostería, fontanería, panadería y confitería, maquillaje, manicura y pedicura, corte y confección, manualidades, elaboración de productos de limpieza y de protección sanitaria, tallado en madera y actividades agrícolas, deportivas, culturales y ocio. Interviene en la venta de productos penitenciarios del penal a través de la página web www.latente.gov.py