Itaú pronostica inflación baja en el año y crecimiento del PIB de 3,5%

Publicado en fecha 13-02-2020

El Banco Itaú divulgó un análisis de la coyuntura macroeconómica y sus proyecciones. En el mismo se destaca que la inflación se mantiene en la zona inferior del rango meta del banco central (4±2%). “Esperamos un alza de precios de 3,5% en 2020, en línea con un mayor dinamismo esperado de la demanda interna. En este contexto, esperamos una suba de la tasa de interés a 4,25%.  La normalización de la cosecha de soja tras la sequía y un ambiente regional más benigno serían los impulsores de la actividad en 2020. Esperamos una expansión del PIB de 3,5% este año, desde un crecimiento nulo estimado para 2019”, señala el estudio.

Los precios subieron 0% entre enero y diciembre, por debajo de lo esperado de acuerdo a la última encuesta del banco central (0,4%). La lectura de doce meses también quedó sin cambios en 2,8%, y se mantuvo por debajo del centro del rango meta del BCP (4±2%). En enero, se observaron bajas en los precios de los alimentos, en particular lácteos, frutas y hortalizas, menciona el informe de coyuntura.

Destaca que además, cayó el precio de la nafta y del gasoil por la menor demanda local, en un contexto de estabilidad de la cotización del petróleo a nivel internacional. En sentido contrario, los precios de los bienes durables mostraron un alza. La inflación núcleo se ubicó en 0,2% mensual y la lectura anual se mantuvo en 2,5%.

El resto de las medidas de inflación publicadas por el BCP también mostraron un comportamiento estable y todas se ubican por debajo del centro del rango meta 4%±2%. Mantenemos sin cambios nuestra proyección de inflación 3,5% para 2020, en línea con una demanda interna más dinámica y un tipo de cambio estable en términos reales. El comportamiento moderado y persistente de la inflación, en particular de la medida núcleo, sugiere que el banco central podría revisar su meta de inflación a la baja.

Para 2020 mantenemos nuestra proyección de crecimiento en 3,5%, impulsado por la normalización de la cosecha de soja, un mayor crecimiento de Brasil y un arrastre estadístico más elevado, concluye el informe.