“Debemos dar segundas oportunidades y superar la aporofobia en ciertos sectores de la sociedad”

Publicado en fecha 23-09-2019
La Aporofobia es el rechazo a los pobres, según la experta de nacionalidad española, Adela Cortina, reconocida catedrática con especialidad en Ética y Filosofía, quien acuñó el término.

Asimismo, cita que en esta época prima principalmente la ley de reciprocidad donde muchas veces se mide a la persona por las posibilidades que si yo le ayudo ahora; la otra persona me podría ayudar en el futuro, y ese rechazo se da principalmente porque las personas no podrían dar esa reciprocidad.

Cabe recordar que, la Aporofobia, de acuerdo a Cortina, no es compatible con sociedades democráticas, donde las oportunidades deben ser para todos, explicó director del Empleo del Ministerio de Trabajo, Enrique López Arce, especialista en Empleo y Recursos Humanos. 

Por su parte, Adam Smith, considerado como uno de los padres de la Economía, mencionaba en su libro “La Teoría de los Sentimientos Morales” que una manera de corrupción es apreciar a los ricos y despreciar a los pobres. Se genera corrupción en la sociedad cuando una sociedad desprecia a los que han fracasado en la vida, y no genera las segundas y terceras oportunidades.

Por ese motivo, nuestra sociedad debe analizar este término, y ver de no marginar a aquellos que hayan fracasado, ellos se merecen otra oportunidad, y esta debe ser dada no solo por el gobierno, sino por el empresariado, por sus familias y por toda la sociedad en sí.

“Cuando ciertas empresas no dan oportunidades laborales, a ciudadanos por tener ciertos rasgos que denotan una situación de vulnerabilidad y resguardados por la famosa frase “Otro candidato fue elegido, tenía más perfil”, demostramos que nuestra sociedad debe autoanalizarse en la Aporofobia, explicó López Arce.

La ciencia nos demuestra que exámenes psicotécnicos laborales determinan mejores resultados que solo rechazar, y pueden determinar vestigios sobre ética que han demostrado que hay personas que tienen más tendencia a meter la mano en la lata y no son de clase vulnerable.

“En necesario empezar a dar segundas y terceras oportunidades, la sociedad democrática paraguaya merece sobresalir en este aspecto. Debemos autoanalizarnos sobre como reaccionamos en las Universidades, en los colegios, en las empresas” remarcó.