El PIB de Brasil se contrajo 0,2% en el primer trimestre del año

Publicado en fecha 03-06-2019
El PIB de Brasil se contrajo 0,2% en el primer trimestre del año respecto al periodo inmediatamente anterior, lastrado por la caída de las inversiones en capital fijo (-1,7%), de la industria (-0,7%) y de la agricultura (-0,5%), según datos divulgados este jueves por el instituto oficial de estadísticas IBGE.

En cambio, tuvieron resultados positivos el sector de servicios (0,2%), consumo de los hogares (0,3%) y compras gubernamentales (0,4 por ciento).

El dato, aunque esperado, causa preocupación en un país que aún arrastra los efectos de la recesión del 2015-2016, con tasas de crecimiento endebles en los dos años siguientes (1,1%) y 13 millones de desocupados oficialmente registrados.

La economía brasileña está amenazada ahora por una recesión, definida como el registro de dos trimestres consecutivos de contracción en relación con el periodo inmediatamente anterior.

En comparación con el primer trimestre del 2018, el PIB brasileño creció 0,5%, su peor resultado desde el primer trimestre del 2017.

Y en el acumulado de 12 meses, el avance fue de 0,9%, confirmando una tendencia decreciente que ya llevó al gobierno a reducir sus previsiones de expansión en el 2019, de 2,5% a 1,6 por ciento. El mercado prevé un crecimiento inferior, de 1,2% para este año, y esa degradación no parece en vías de frenarse. El economista André Perfeito, de la consultoría Necton, proyectaba un crecimiento de 0,9%, pero después de la divulgación de los datos este jueves anticipó que esa estimación “será revisada a la baja en los próximos días”.

En la política
Analistas enumeraron diversos factores que impactaron negativamente en la actividad este año, como la ruptura en enero del dique minero de Brumadinho (sudeste), que dejó 245 muertos y 25 desaparecidos, y provocó una caída de 6,3% de las actividades de extracción en el primer trimestre.

También señalaron una contracción de las exportaciones de 1,9% en el primer trimestre contra el último del 2018, en un contexto de guerra comercial entre China y Estados Unidos.

Pero destacaron como factor preponderante la frustración provocada por los retrasos en la aprobación de las reformas promercado, en particular la del régimen de jubilaciones, prometidas por Bolsonaro durante la campaña electoral que lo llevó al poder en enero.

En sus primeros cinco meses, el gobierno —respaldado por un fuerte sector que busca ante todo el avance de una agenda ultraconservadora en temas sociales y de seguridad— se vio inmerso en polémicas con sus propios aliados que retrasaron la tramitación de las reformas y erosionaron la confianza de los mercados en el exmilitar.

“Hubo un problema con lo novedoso del gobierno y un poco de inexperiencia en el contacto con el Congreso”, señaló Jason Vieira, de Infinity Assets.

Analistas del mercado, de todos modos, siguen apostando por un cambio de dinámica en caso de que finalmente las reformas arranquen, y sobre todo la de jubilaciones, con la que el gobierno pretende ahorrar 1 billón de reales (unos 250.000 millones de dólares) en los próximos 10 años.

El Ministerio de Economía reafirmó esa línea. “La nueva jubilación representa el primero y crucial paso en la senda de la sustentabilidad de las finanzas públicas, reduciendo incertidumbres sobre el marco macroeconómico futuro, para que pueda haber nuevas inversiones”, indicó en una nota difundida este jueves.

La flojera de la actividad aumentó la presión sobre el Banco Central de Brasil (BCB) para recortar sus tasas, actualmente en 6,5%, a fin de incentivar la inversión y el consumo.

Pero el propio presidente del BCB, Roberto Campos Neto, descartó el miércoles esa posibilidad, recordando que la principal función de esa institución es mantener la inflación bajo control.