Lanzan el primer estudio sobre inversión con un enfoque de género para América Latina y el Caribe

Publicado en fecha 14-03-2019
A nivel mundial, la inversión con un enfoque de género ha crecido en los últimos años. En 2018, los vehículos de inversión privado ascendieron a más de USD 2,2 mil millones y, en los mercados públicos, se invirtieron USD 2,4 mil millones en activos bajo gestión (AUM, por sus siglas en inglés). En el caso de América Latina y el Caribe, aún existen escasos productos y vehículos de inversión con perspectiva de género. Ésta es una de las principales conclusiones del primer estudio latinoamericano sobre inversión con un enfoque de género elaborado por BID Invest, la institución del sector privado del Grupo Banco Interamericano de Desarrollo (BID), y el Instituto de Innovación Social de ESADE.

El estudio "Inversión con un enfoque de género: Cómo las finanzas pueden acelerar la igualdad de género en América Latina y el Caribe" se ha presentado en el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer y en el marco del evento Rendimiento financiero e igualdad de género: ¿Por qué invertir con un enfoque de género? coauspiciado por BID Invest y la Bolsa Institucional de Valores (BIVA), en la Ciudad de México. Se trata de la primera investigación detallada sobre las oportunidades de inversión para incrementar la igualdad de género en la región a través del sector privado.

El estudio identifica tanto las brechas para el capital de riesgo, el capital privado y el capital semilla, como ejemplos de las empresas liderando esta tendencia en distintos países como México, Colombia, Panamá y Brasil.

La inversión con un enfoque de género se caracteriza por incluir aquellas inversiones en empresas dirigidas por mujeres, que promuevan la igualdad de género en el lugar de trabajo y que desarrollan productos y servicios que impactan positivamente a las mujeres.

En América Latina y el Caribe hay una importante brecha de financiación para las empresas lideradas por mujeres. Sin embargo, ellas continúan estando por encima del mercado en cuanto a crecimiento del consumo y del crédito.

El estudio señala que los bonos de género forman parte de una nueva tendencia en las finanzas sociales y constituyen una forma innovadora de otorgar préstamos a mujeres o a micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYME) de mujeres. Actualmente, la brecha financiera es USD 5 mil millones para las microempresas lideradas por mujeres y USD 93 mil millones para las pequeñas y medianas empresas (PYME) de mujeres.

Según desprende el informe, se prevé que en 2025 las mujeres controlen el 75 por ciento del gasto de consumo. Las mujeres también controlan el gasto como inversoras individuales. A nivel mundial representan un segmento de inversión clave que impulsa la inversión con un enfoque de género.

La diversidad de género es buen negocio: más allá de los valores, posee potencial para mejorar el perfil de riesgo y remuneración de las carteras de inversionistas. El estudio recomienda facilitar una fuerza de trabajo diversa para ayudar a las organizaciones de diversas maneras: atrayendo a los mejores empleados, reduciendo la rotación de empleados, mejorando el desempeño empresarial, mejorando el acceso a los mercados y fortaleciendo la reputación.