Un Irlandés es nominado a ocupar la titularidad del Banco Central Europeo

Publicado en fecha 11-02-2019
Los ministros de Economía y Finanzas de la eurozona, el Eurogrupo, debatirán la nominación del gobernador del Banco de Irlanda, Philip Lane, como nuevo economista jefe del Banco Central Europeo (BCE), y el diseño del futuro instrumento presupuestario para el área de la moneda única.

El primer punto en la agenda de la reunión será la nominación de Lane, único candidato para sustituir al actual economista jefe, Peter Praet, cuando termine su mandato el 31 de mayo.

Salvo sorpresa, el irlandés conseguirá la mayoría cualificada (al menos 14 de los 19 Estados que representen un mínimo de 65% de la población de la eurozona) que necesita para ser nominado por el Eurogrupo, tras lo cual el consejo de titulares económicos de toda la Unión Europea (UE) deberá confirmar oficialmente la decisión este martes.

La candidatura de Lane para entrar en el directorio ejecutivo del BCE se esperaba desde el año pasado, cuando Irlanda lo propuso para asumir la vicepresidencia del mismo frente junto al exministro de Economía español, Luis de Guindos, quien finalmente se hizo con el puesto después de que el irlandés se retirara de la carrera.

Si es nominado, el Consejo Europeo formalizaría la designación en marzo y Lane asumiría el puesto el próximo 1 de junio por un periodo de ocho años, en vísperas de que en octubre se elija sucesor para el presidente, Mario Draghi.

Tras este debate, se sumarán a los ministros de la eurozona los del resto de la UE para abordar el futuro presupuesto para el área de la moneda única, que debe tomar forma de aquí a junio, según el encargo recibido de los líderes de los 28 en diciembre.

Este instrumento presupuestario debería servir para fomentar la competencia y reducir las divergencias económicas entre miembros de la eurozona, pero no podría utilizarse para estabilizar la economía de los países que atraviesen crisis puntuales.

Mientras que Francia, España, Portugal o Italia consideran esencial tener un mecanismo que permita intervenir en estos casos, ya sea apuntalando la inversión o actuando frente al paro, el rechazo de países como Holanda o los nórdicos impide avanzar por el momento en esa dirección. Los ministros debatirán sobre cómo utilizar, financiar y gobernar este instrumento.

Deben decidir si se usa sólo para apoyar las reformas estructurales o si puede sostener también la inversión pública, mientras que en términos de financiamiento una contribución importante será la propuesta presentada en noviembre por Francia y Alemania.

Ésta aboga por sostenerlo con aportaciones de los países y con recursos propios como una tasa a las transacciones financieras, aunque París y Berlín aún están trabajando en este impuesto, según varias fuentes europeas.

En materia de gobernanza, deben estudiar cómo articular este instrumento para que esté dentro del presupuesto de toda la UE, pero bajo la dirección de los países del euro, como pidieron los líderes en diciembre, si bien Francia sigue abogando por dejarlo fuera del marco financiero comunitario.

El Eurogrupo también abordará, sin tomar decisiones, las previsiones de crecimiento publicadas por la Comisión Europea, que rebajó seis décimas las expectativas para la eurozona, a 1,3% este año, por el empeoramiento en Italia y Alemania, entre otros factores.