Para reducir déficit de la seguridad social, España elevará impuestos a créditos

Publicado en fecha 26-09-2018
El impuesto a la banca que prepara el Ejecutivo español para reducir el déficit de la Seguridad Social reducirá la concesión de crédito y elevará su costo, lo que pasará factura a la economía.

Con ello, los ingresos extra del tributo apenas alcanzarían dos terceras partes de lo previsto. Además, los bancos trasladarán la mayor parte del costo a sus clientes.

De acuerdo con un informe de BBVA Research con base en la introducción de impuestos similares en otros países de Europa, Japón y Australia, un impuesto a la banca por valor de 0,1% del Producto Interno Bruto (PIB) –esto es 1.166 millones de euros– podría provocar una subida de interés de 10 puntos básicos para familias y empresas, así como una cierta disminución en la concesión de nuevos créditos. Todo ello podría golpear a la economía a través del canal del consumo y, sobre todo, de la inversión.

El texto señala que el tributo podría suponer un empujón para la demanda interna en el corto plazo, al facilitar un aumento de las transferencias a los hogares españoles. Sin embargo, los efectos negativos se dejarán sentir en breve, hasta el punto de que el PIB ya acusará una desviación a la baja en el segundo trimestre de la aplicación del impuesto. En el medio plazo, la actividad se habrá resentido 0.09 puntos o, lo que es lo mismo, el PIB habrá perdido 1.050 millones de euros.

Con estos efectos secundarios en cuenta, el efecto recaudatorio neto del impuesto será mucho más limitado de lo inicialmente previsto. En concreto, el servicio de estudios de BBVA estima que apenas se logrará 69% de los ingresos previstos inicialmente, cerca de 800 millones. Estas cifras serían muy similares tanto en el caso de que el gobierno decidiera aplicar un recargo sobre los beneficios como un impuesto sobre los depósitos o los créditos.

Por otro lado, el los cálculos del informe apuntan a que los bancos repercutirían a sus clientes la mayor parte del costo del impuesto, ya fuera mediante una disminución de lo que paga por los depósitos, un aumento del costo del crédito o mayores comisiones. El texto plantea que los beneficios de la banca de 1,88% en los próximos dos años lo que, de acuerdo con las cifras del año pasado, costaría a las entidades financieras 280 millones de euros. El resto del costo del impuesto, por lo tanto, se acabaría trasladando a los clientes.

Hay que tener en cuenta que empresas y familias tienen una deuda por valor de 1,8 billones de euros, por lo que una subida de 10 puntos básicos en las tasas de interés implicaría un sobrecosto de 1.800 millones de euros al año.