La legisladora de México habló sobre "La importancia de la igualdad de resultados entre hombres y mujeres en los partidos políticos, la experiencia del Partido Revolucionario Institucional – PRI". La iniciativa fue impulsada por la Comisión de Equidad y Género de la Cámara de Senadores con el apoyo del Grupo Impulsor de la Paridad Democrática (GIPD), y en la oportunidad también expuso Sebastián Galmarini, exsenador de la provincia de Buenos Aires, quien ahondó en los "Aspectos sustantivos y simbólicos del aumento de la representación de mujeres en cargos electivos".

Se experimentó una larga lucha, ya que los conservadores las trataban hasta de "tontas", y cuando se logró el voto de la mujer, era sólo para votar de nuevo a los candidatos hombres. "Nos desprestigiaban, pero luego de muchos años logramos la democracia paritaria. Espero que Paraguay no viva lo que México", sintetizó en referencia a los largos años de padecimiento hasta conseguir la Ley de paridad.

La legisladora hizo hincapié en que si las mujeres son la mitad de la población en Paraguay, existe el derecho pleno a constituir la mitad de los cargos electorales y de los escaños en los poderes públicos.

Por su parte, Galmarini se encargó de desmitificar algunas creencias sobre los efectos de una Ley de paridad, explicando que hay falsas contradicciones como si "mágica y simplísticamente detrás de la sanción vinieran otros tipos de leyes".

El exlegislador abogó para que se desmitifiquen las reducciones, acusaciones y mentiras en torno al debate por la participación igualitaria, ya que hombres y mujeres son atravesados transversalmente por la opinión, la fe, la religión, la cultura y la propia historia personal.

Manifestó igualmente que existen tres dimensiones en torno al tema. La primera es institucional, ya que según las normativas paraguayas en el Senado probablemente la sanción de la Ley incrementará rápidamente los estándares de representación femenina; pero en Diputados no, puesto que gran parte de los distritos electorales tienen magnitud pequeña y posiblemente las listas sean encabezadas por hombres.

La segunda dimensión es relativa a la operatividad administrativa de la norma, porque particularmente en Buenos Aires el aumento de representación no significó precisamente un incremento en las propuestas legislativas de calidad ni trabajo de comisiones relacionados a familia o mujer. Y la tercera dimensión es judicial, ya que ninguna ley modifica inmediatamente las pautas de comportamiento de toda una sociedad, según manifestó.

También expresaron su compromiso la senadora Lilian Samaniego (ANR), presidenta de la Comisión de Equidad y Género; Amanda Núñez, en representación del Grupo Impulsor de la Paridad Democrática y Paolo Berizzi, embajador de la Unión Europea en Paraguay.

Recordemos que Paraguay es uno de los países latinoamericanos con menor representación de mujeres en el Congreso, con apenas un 16,8%, sin registro de avance en las últimas elecciones. A nivel local, las mujeres intendentas son apenas el 10%, y el porcentaje de mujeres en las Juntas Municipales se mantiene en un 20% desde hace tres periodos. Para el periodo 2018 – 2023 no hay ninguna mujer gobernadora en los 17 departamentos del país. Legislativamente, la cuota está regulada por el Código Electoral, pero esta es apenas del 20%, aplicable sólo a las internas partidarias.

El proyecto de Ley de Paridad Democrática fue presentado el 8 de marzo de 2016 ante el Congreso Nacional. En marzo de 2018, se obtuvo media sanción en la Cámara de Senadores; sin embargo, la Cámara de Diputados realizó modificaciones dejándolo sin ningún contenido sobre la paridad y reduciéndolo a la capacitación y formación de las mujeres en los partidos políticos. La nueva Cámara de Senadores tiene a su cargo el estudio y revisión del proyecto aprobado por Diputados en las próximas semanas.