Los adolescentes en conflicto con la ley tienen un régimen especial con enfoque socioeducativo, esto implica que realizan actividades progresivas y continuas de relacionamiento con su entorno social.

"La elaboración de la chipa ayuda a los adolescentes a normalizar las prácticas sociales en esta época, los ayuda a valorar las tradiciones que también son vividas en sus hogares y que de cierta forma perdieron por la influencia de la droga y de la conflictividad penal", explicó el director general del Servicio Nacional de Atención al Adolescente Infractor (Senaai), Orlando Castillo.

En algunos centros educativos se cuenta con panaderías equipadas con hornos que facilitan la tarea a los adolescentes, en otros la creatividad y la cooperación para armar estaciones de trabajo donde todos colaboren en amasar.

En el Centro Educativo de Itauguá el curso de panadería y confitería fue propicio para que un grupo de adolescentes se aboquen al aprendizaje y la preparación de la chipa mestiza.

En el marco de la conmemoración de la semana santa se dramatizó las 15 estaciones del Vía Crucis, participaron 25 adolescentes del Centro Educativo Itauguá guiados por los docentes.

El mantenimiento de las tradiciones ayuda a propiciar las relaciones entre los adolescentes y los educadores, lo cual favorece a una mejor convivencia dentro del Centro Educativo.

El Ministerio de Justicia administra 8 Centros Educativos que albergan cerca de 300 adolescentes en conflicto con la ley.