Hace 200 años, George Washington renunció voluntariamente a la presidencia. Ninguna ley lo obligaba a hacerlo. Más bien, Washington explicó que un líder elegido democráticamente no debe tener un cargo en el poder de por vida. Su decisión sentó un precedente, formalizado en 1951, de que los mandatarios estadounidenses deben gobernar hasta dos mandatos.

Expertos de todo el mundo argumentan que esos límites son un sello esencial de una democracia funcional, una herramienta para controlar la corrupción y promover la rendición de cuentas.

Pero el sábado, el presidente Trump insinuó que podría tener otras ideas.

En un discurso en su propiedad de Mar-a-Lago, donde organizó un evento para recaudar fondos para los candidatos republicanos, Trump elogió que el presidente chino, Xi Jinping, haya acabado en su país con los límites de tiempo para ser gobernante (CNN obtuvo una grabación del discurso).

El Comité Central del Partido Comunista de Xi propuso la semana pasada eliminar el límite de dos mandatos consecutivos de cinco años para los presidentes y se da por hecho que este pleno lo aprobará por abrumadora mayoría hoy lo que daría a Xi un mandato indefinido, luego de que termine su segundo mandato de cinco años en el 2023 o que daría a Xi un mandato indefinido.

¿BROMA?

Pero en su discurso del sábado, Trump bromeó sobre la medida, diciendo que Xi ahora es “presidente de por vida”. “Presidente de por vida. No, él es grande. Y miren, fue capaz de hacerlo. Creo que eso es grandioso”, dijo.

“Quizás deberíamos intentarlo algún día”, se oye a Trump decir en la grabación del discurso a puerta cerrada, a lo que siguen aplausos y risas de los asistentes.

Trump ha elogiado repetidamente a Xi así como al presidente ruso Vladimir Putin; de este último llegó a calificar con “A” su liderazgo.

En público, la vocera de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders, dijo a finales de febrero que Trump no estaba preocupado por la maniobra china, aunque admitía que dejaba a Estados Unidos en una situación complicada internacional que no se veía desde los 70.

Pero destacó que se trataba de una decisión “de China para hacer lo mejor para su país”.