Para el FMI la recuperación de América Latina está en ciernes para este 2018

Publicado en fecha 15-02-2018
Las tendencias recientes de la economía mundial y de los mercados financieros son buenas noticias para América Latina. El crecimiento mundial y el comercio internacional están cobrando ímpetu y, según nuestras previsiones, ese auge continuará en 2018. El aumento de los precios de las materias primas también ha colaborado con el repunte de la región, señala Alejandro Werner en su análisis.

Favorecida por esta mejora del entorno mundial, la recuperación económica de América Latina también está cobrando ímpetu, a medida que las recesiones de algunos países (Brasil, Argentina y Ecuador) llegan a su fin. Estimamos que el crecimiento regional fue de 1,3 por ciento en 2017 (frente al 1,2 por ciento proyectado en octubre), y proyectamos que la actividad se acelerará a 1,9 por ciento en 2018 y 2,6 por ciento en 2019.

El consumo y las exportaciones fueron los principales impulsores del crecimiento el año pasado. Es alentador constatar que la inversión ya no es un lastre y se prevé que sea un factor importante para la aceleración del producto este año y el próximo. La inflación retrocedió significativamente en 2017 en muchos países, dejando cierto margen para una política monetaria más acomodaticia.

La recuperación es generalizada en toda la región. Aunque México, América Central y partes del Caribe se están beneficiando de un crecimiento más vigoroso en Estados Unidos, el crecimiento en América del Sur se debe principalmente al fin de las recesiones de Brasil, Argentina y Ecuador, así como al aumento de los precios de las materias primas.

América del Norte
En Estados Unidos, las reformas de los impuestos sobre la renta de empresas y particulares aprobadas en diciembre de 2017 probablemente estimulen la inversión y el consumo privados a corto plazo, impulsando el crecimiento a 2,7 por ciento en 2018 y 2,5 por ciento en 2019, frente al 2,3 por ciento estimado en 2017 para ambos años.

Esto ha conducido a una mejora de las perspectivas en Canadá en 2018–19, cuyo crecimiento en 2017 sigue estando estimado en 3 por ciento. Aun con el estímulo proporcionado por Estados Unidos, se prevé que el crecimiento se enfriará a 2,3 por ciento en 2018 y 2 por ciento en 2019, ya que se seguirían sintiendo los efectos del alza de las tasas de interés y del endurecimiento de las políticas macroprudenciales con las que se busca mitigar los riesgos financieros derivados de los mercados de la vivienda y las hipotecas.