El FMI sube las estimaciones de crecimiento de Brasil

Publicado en fecha 24-01-2018
El FMI acentuó su optimismo sobre la economía mundial en 2018 apuntalado por la reforma fiscal en Estados Unidos y revisó al alza la previsión de crecimiento de Brasil y México, las mayores economías latinoamericanas.

En la revisión de sus proyecciones de octubre, el FMI elevó de 3,7% a 3,9% su previsión del crecimiento de la economía global para este año y el próximo, en una revisión al alza de 0,2 punto porcentual para cada período.

Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), esta corrección al alza es "reflejo de un fortalecimiento de la tendencia de crecimiento y el esperado impacto de las reformas fiscales aprobadas recientemente en Estados Unidos".

Los técnicos del FMI apuntaron que un grupo de países que representan "tres cuartos del PBI mundial registraron un crecimiento en 2017", lo cual significa "la más amplia recuperación a nivel global desde 2010".

La entidad estimó que Estados Unidos deberá cerrar 2018 con un crecimiento de 2,5%, un importante aumento de 0,6 punto porcentual con relación a lo proyectado en octubre.
Para 2019, el FMI estimó un crecimiento de 2,7%, también en alza con relación a octubre (+0,4 puntos porcentuales).

La reforma del sistema fiscal estadounidense deberá "estimular la actividad, con un impacto en el corto plazo apuntalado en la respuesta de las inversiones al recorte de los impuestos a las corporaciones", según el informe del FMI.

Ese crecimiento de las inversiones deberá traducirse en un crecimiento suplementario de 1,2 punto porcentual hasta el año 2020, para reducirse gradualmente a partir de ese momento ante la naturaleza temporal de algunas de las medidas.

"Los efectos de este paquete en Estados Unidos y sus socios comerciales contribuyen con aproximadamente la mitad de la revisión acumulada del crecimiento global para 2018-2019", apuntó el FMI.

El Fondo también mejoró en 0,3 puntos porcentuales la expectativa de crecimiento de la zona euro, aunque redujo marginalmente la previsión para España debido a la incertidumbre sobre la situación política en Cataluña.

La entidad, en tanto, mantuvo su previsión de un crecimiento de 1,9% para América Latina, pero revisó sensiblemente al alza su expectativa de desempeño de sus dos economías más importantes, las de Brasil y México.

La entidad destacó que México se beneficiará de una fuerte demanda estadounidense y elevó la previsión de 1,9% a 2,3%.
En tanto, señaló una "recuperación más firme de Brasil", donde aumentó la expectativa de crecimiento este año de 1,5% a 1,9%.

Si bien en esta ocasión el FMI no realizó proyecciones sobre la economía argentina, el crecimiento de dos de los principales socios del país, Brasil y Estados Unidos, impulsarán la economía doméstica.
La industria local depende de lo que pase en Brasil: si la demanda de ese país se recupera, las exportaciones de productos manufacturados, como autos y autopartes, aumentarán.

Además, el FMI señaló que existe un escenario de "mejoras en los precios de commodities y también condiciones más fáciles de financiación en algunos de los países exportadores de materias primas".

Esas condiciones, indicó, compensan "las previsiones a la baja para Venezuela", pero no detalló las expectativas del desempeño económico en el país petrolero.

Para la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, "es claramente una recuperación cíclica y sin la continuidad de reformas las fuerzas fundamentales que nos preocuparon sobre la 'nueva mediocridad' (...) permanecerán en sus lugares", alertó durante una conferencia de prensa en Davos, Suiza.

Pero si el FMI mantuvo su visión de optimismo en el corto plazo, igualmente reiteró la necesidad de seguir en alerta para evitar retrocesos.

El economista jefe del Fondo, Maurice Obstfeld, señaló que hay "buenas noticias, pero los líderes políticos y los responsables por el diseño de políticas deben recordar que el impulso de crecimiento está ligado a la convergencia de factores que deberá durar mucho tiempo", según consignó la agencia AFP.

Añadió que la gran crisis financiera mundial desatada en 2008 puede "parecer haber quedado a distancia, pero sin medidas rápidas para atacar los obstáculos estructurales al crecimiento (...) la nueva tendencia negativa llegará más rápido y será más difícil de combatir".

Incluso la reforma fiscal estadounidense, con su impacto positivo a corto plazo, podría empeorar el déficit presupuestario de ese país. Así, una desaceleración más allá de 2022 podría en la práctica anular los beneficios de corto plazo.