El Banco Mundial afirma que la mala alimentación es causa de la pobreza en el mundo

Publicado en fecha 02-01-2018
El Banco Mundial y la Fundación de Bill Gates respaldan el “Informe Mundial de Nutrición” (GNR, por sus siglas en inglés) que establece la situación de la alimentación en el mundo –en su núcleo, el aspecto nutricional– en el año 2017.

El GNR señala que hay 155 millones de niños menores de 5 años que tienen un retraso mental y emocional significativo por falta de nutrientes.

Agrega el Informe Banco Mundial / Bill Gates que existen en el mundo 2.000 millones de obesos e hiperobesos en 2017 (más de un tercio de los norteamericanos adultos se encuentran en esa condición); y en el plano mundial hay 41 millones de niños menores de 10 años en esa condición que habitan a Estados Unidos, México, India, o Sudáfrica, entre otros países.

La mala nutrición es un fenómeno de carácter cíclico y acumulativo, que abarca a todas las etapas de la vida, y responde a un impulso autosustentable; que como tal es la raíz estructural de la pobreza como flagelo social y humano.

La mala nutrición es el núcleo de la pobreza
Hay unos 155 millones de niños con retraso mental y emocional por la falta de nutrientes a nivel mundial. Una madre y su hijo en el Cuerno de Africa.

La falta de nutrientes se presenta desde la fase del embarazo, y se manifiesta en el estado anémico de las madres, y cubre luego a la primera niñez (hasta los cinco años), para manifestarse a continuación en las enfermedades metabólicas como la diabetes, las cardíacas o la anemia, y culmina en la epidemia global de hiperobesidad.

El ciclo de la malnutrición presenta los siguientes rasgos: retraso mental y emocional antes de los 5 años, inicio tardío de la escuela y agudo incremento de la deserción escolar. Más adelante está entre las causas de un alto nivel de desocupación o salarios un 50% menores en la adultez, alza de la pobreza y la marginalidad social y elevada tasa de violencia familiar y criminalidad.

En los países también influye en la pérdida del capital humano (entre un 15% y un 20% del total), desarrollo económico dualista y polarizado; y disminución del crecimiento económico entre 4% y 11% del PBI.

Por eso el Banco Mundial y la Fundación Bill Gates afirman que la malnutrición no es un problema alimentario, sino el núcleo mismo del desarrollo económico.

Agregan que resolver el problema de la falta de nutrientes equivale a disminuir –en el límite, eliminar- la pobreza; y como contrapartida, aumentar significativamente el capital humano, y por lo tanto incrementar la productividad y desarrollar la economía.

Este estudio coincide con las características que ha adquirido el crecimiento económico en la nueva fase de la globalización que se despliega a partir de 2016 (triunfo de Donald Trump en Estados Unidos), y que se puede definir en estos términos: no hay desarrollo económico posible sin una inclusión sostenida que implique la eliminación de la pobreza.

Esto se debe a que ha emergido en gran escala una nueva revolución industrial sustentada esencialmente en el capital humano, la “inteligencia colectiva”.

Por eso es inaceptable en las nuevas condiciones mundiales la persistencia del flagelo de la pobreza, cuyo núcleo estructural es la mala nutrición. Este es el punto primero de la agenda de seguridad alimentaria global del siglo XXI.

Para la Argentina –una de las tres grandes potencias agroalimentarias de la época- esta es una responsabilidad ineludible de su protagonismo en el mundo.